Teníamos la impresión de que sería un hotel cómodo y lindo, no solo por el destino sino también por la reconocida cadena que lo opera y el precio que tiene. Sin embargo nos encontramos con varias sorpresas:
El hotel tiene una playa que dista de ser silenciosa y privada, pues está rodeado de una playa pública y de hoteles no distinguidos con música muy alta y espantosa. El mar en esa zona no está lindo para meterse por tanta piedra y alga qué hay.
En cuanto a la comida solo hay dos restaurantes, uno que abre por la mañana y otro por la noche, por lo que solo hay una opción de menú muy limitada, la comida esta normal, pero para nada algo que recuerde cómo delicioso, y el los precios extremadamente caros.
Por otro lado el hotel solo tiene una alberca, y aunque en las villas se tiene una mini alberca privada, siento que hacen falta áreas comunes.
En general es un hotel poco atento al detalle y definitivamente por el precio que cobran se puede tener mejores estancias en la playa.