Las instalaciones del hotel son muy agradables y en general están en buenas condiciones (se nota el mantenimiento) y todo el personal en recepción, restaurantes, camareras, room service, gimnasio, playa fue muy amable y siempre dispuesto a atender con eficiencia y una sonrisa. La comida es buena y variada, sin ser excepcional. La limpieza en la habitación fue mucho mejor que la vez anterior que estuvimos allí. Lamentablemente la playa no está en buenas condiciones porque el mar se la ha "comido", y ahora hay muchas piedras, costales y raices de palmeras que impiden caminar por ella; dentro del agua, en la orilla, hay que tener cuidado con las piedras (inclusive me raspé una rodilla con una de ellas). Es cierto que no es culpa del hotel, pero es una lástima porque además de tener oleaje tranquilo se podía hacer una buena caminata. Otros comentarios: 1) le falta más animación al hotel; si se desea un lugar muy tranquilo para descansar, relajarse y desconectarse de todo éste es un lugar perfecto, pero más allá de relajarse en las albercas y la playa no hay realmente otras cosas que hacer durante el día, y en la noche únicamente hay algún músico en el bar del lobby. 2) El restaurante donde está el buffet es inadecuado para personas con problemas de movilidad porque tiene muchos escalones; además, para servirse la comida hay que bajar una escalera. 3) Se sugiere que en temporada alta habiliten más lugares para el desayuno y evitar la larga fila.
El hotel nos gusta y regresaremos.