Definitivamente el personal es lo más bonito de esta propiedad. Nos quedamos para esta misma fecha el año pasado y sin duda volvimos para mostrar nuestra gratitud y Yulisa nos hizo sentir como si nunca nos hubiéramos ido. Me dio mucho gusto volver a ver a Francisco en el lobby y a muchos en los restaurantes como al señor Librado en portofino. Sin embargo, recuerdo la comida de mejor calidad el año anterior. Hubo un pequeño incidente en el restaurante Maiko, en el tepanyaki, después de avisar que mi esposa era alérgica a los mariscos, el chef manipuló las demás carnes con los mismos utensilios con los que removió los mariscos. Lamentablemente tuvimos que abandonar la experiencia, pudo haber sido muy peligroso para mi esposa. Fue una bonita semana, sin embargo, nos fuimos sin las ganas de volver el año entrante.