Magnifica situación, en el centro de todo, la ventana de la habitación hacia Vía del Corso,limpieza diaria con cambio de toallas y demás productos del baño. El personal muy correcto y atento. tanto en recepción como en el desayuno. Desayuno bueno, para tomar fuerzas y salir a patear la ciudad. Las habitaciones modernas, con suelo de madera, techos altos, A/A independiente, un buen baño. La decoración moderna. No parece el típico hotel de roma con moqueta y cuartos sin actualizar. Todo esto estando de obras, la recepción esta a unos 30 metros, en otro edificio, pero son cosas que son circunstanciales y no se deben valorar, a mi me toco, pero esto no tendrá sentido dentro de unos meses cuando quede acabado. Como punto negativo, el ascensor, es muy pequeño , tres personas y nada mas entra.
Fue el segundo viaje a roma , si hay un tercero , este es mi hotel