El hotel está en una ubicación excelente, a un paso del metro línea R, con la 5a avenida a escasas 3 paradas. El hotel es una antigua fábrica reformada con mucho gusto, conservando toques de diseño industrial. Las habitaciones son amplias y cómodas, y el personal correcto. Sin embargo, nos dio la sensación que el hotel funciona "a medio gas" por el Covid: no limpian las habitaciones si no lo pides cada vez de forma explícita a recepción (pese a que nosotros nos alojábamos 7 noches, debería ser automática una limpieza al menos cada 3 días en esta categoría de alojamiento). Creemos que tienen que revisar esta política.