No recomiendo este hotel.
El primer día sólo me pareció pequeño y sucio, pero al día siguiente aparecieron hormigas en la habitación. En recepción me cambiaron de habitación, a una mucho más pequeña (apenas podía entrar en el baño!), y mucho más ruidosa, porque estaba al lado del motor del ascensor. Al reclamar esta situación en recepción, me dijeron que el tema de las hormigas es algo habitual en París (¿?), y que es mentira que la habitación fuera peor. Como insistí, porque a nadie le gusta tener bichos en la cama, la ropa y las compras, me ofrecieron la nevera de la cocina para guardar la comida que comprara, pero me dijeron que podía volver a ocurrir en la nueva habitación.
La limpieza es nefasta, y el personal de recepción cambia mucho, mejor el turno de tarde que de mañana o noche.
La localización del hotel es buena, al lado del metro Oberkampf, pero a pesar de ello no recomiendo quedarse aquí.