Lo mejor del hotel es sin duda su ubicación, la Torre Eiffel está a unos 5 minutos a pie, y la estación de metro justo enfrente del hotel. Hay también varios restaurantes a ambos lados, por lo que es muy cómodo. El personal es muy amable, nos guardaron las maletas en consigna durante unas horas tras hacer el check out, eso nos permitió ir a ver varios sitios de alrededor.
Lo malo es la insonorización, no hay. Las ventanas apenas sirven para parar el ruido de la calle, estaría bien que instalaran ventanas nuevas, de doble cristal y bien selladas.