Buen hotel convenientemente situado en una zona tranquila y segura, cerca del aeropuerto y no muy lejos del centro histórico (a unos 45 minutos caminado). Tiene cerca una parada de metro que en 10 minutos te lleva al centro. A 5 minutos caminando hay una avenida con restaurantes, tiendas y un pequeño centro comercial. La habitación (2 adultos y dos niños) era enorme, limpia, confortable y con todas las comodidades de su categoría, aunque al estar en el segundo piso y con el ventanal hacia la rotonda principal, se oía el tráfico. Le haría falta algo más de aislamiento acústico. El desayuno bufet, variado, rico y abundante. El personal muy amable y eficiente. El hotel en su conjunto está bastante bien y aunque funcionaba todo, si que necesita una reforma integral de las instalaciones, asi como de su diseño u decoración.