Muy cómodo, muy agradable, y económico, sobre todo para estancias prolongadas, a un paso de Ginebra (a 5 minutos andando de la frontera, donde se coge el tranvía 12, que te deja en 15-20 minutos en el centro de Ginebra). Con cocina bien equipada. Banyo, habitación y cocina, estupendos. No llegamos a probar el servicio de desayuno.
Las únicas pegas, que no se puede regular el aire acondicionado desde la habitación y la calefacción era poco generosa; la limpieza hay que solicitarla y es algo somera, y sin reponer los ítems... También hay que encargarse de sacar la basura, por ejemplo, pero sin que te repongan la bolsa!