El hotel es bonito y bien conservado.
Llegamos de madrugada al parking, había una plaza libre, pero invadida por un vehículo que ocupaba dos plazas.
El recepcionista del turno de noche, muy amable, nos indico donde podíamos dejar el coche, ya que no cabía el coche, porque solo había media plaza libre.
Como el coche se quedaba en una zona de paso, entregamos las llaves del vehículo en recepción, por si había que moverlo en algún momento.
A la mañana siguiente, la recepcionista de ese turno nos llama la atención por haber dejado el coche ahí. Le indicamos que seguimos las órdenes de su compañero.
No me parece correcto, que se nos llame la atención a nosotros, puesto que seguimos las órdenes del personal del hotel, y dejamos las llaves a su disposición, en lugar de llamar la atención, al huésped maleducado, que ocupa dos plazas de parking con su vehículo, e impide que a las 3 de la madrugada, otros huéspedes aparquen.
Reiterar la amabilidad del recepcionista del turno de noche, que hizo lo que puedo. Y lo contrario de la recepcionista de la mañana bastante arrogante y déspota.