El hotel se encuentra en el Est-Amsterdam y a sus pies tiene el parque oosterpark, entorno privilegiado en el que se respira tranquilidad.
Las habitaciones son normales y quizá hasta un poco incómodas. El Hotel es precioso, las escaleras de madera tallada son una maravilla. Os recomiendo entrar en la capilla, es un lugar donde se hacen celebraciones y si no está ocupado se puede ver.
La Terraza es espectacular. Puedes desayunar, comer y cenar con vistas al parque, lugar frecuentado también por los propios "amsterdienses" y que al atardecer y por la noche cobra mucha vida.