Si te gusta alojarte en hoteles con un toque de encanto antiguo este es tu sitio. El hotel es muy acogedor, antiguo pero tiene su toque.
Está un poco alejado del centro de montreux pero te dan una tarjeta de bus y en 2-3 paradas rápidas estás en el mismo centro. Las camas super cómodas, habitación cálida y confortable. Como punto negativo es que lo cogí porque tenía parking y al final tiene solo 5 plazas de parking si llegas y está completo tienes que aparcar en las calles de alrededor y tienes que poner el reloj del parquimetro que te ofrecen ellos, que es un detalle. Pero fue un requisito para elegir este hotel en Montreux, así que me salió un poco mal.Pero vaya mereció la pena. La chica italiana de recepción muy maja y hablaba español. todo correcto