El hotel, ubicado en la bella isla de Murano en un edificio reciclado de manera sencilla y elegante, ofrece traslado privado gratuito desde y hacia el aeropuerto Marco Polo, así como transfers regulares desde y hacia Venecia (¡fundamental reservar por anticipado!). Esto es super práctico para quienes tienen pocos días o apenas horas (como nosotros) en la ciudad, y desean evitar el ajetreo de los vaporettos. La habitación era todo lo confortable que esperábamos que fuera en un hotel 4 estrellas, pero vale advertir que nos asignaron una habitación en planta baja y con una vista no muy afortunada, lo cual nos habría importado de haber contratado una estadía de más de una noche. El desayuno, por el que pagamos 18 euros de manera anticipada, nos pareció carísimo para lo que ofrecía. Apenas unas tostaditas mínimas con un trocito de salmón, los huevos sobrecocidos, y camareros muy desatentos que no nos sirvieron ni un espresso. Visto en conjunto, siendo que obtuvimos un buen precio gracias a un beneficio especial de Expedia, nos resultó muy conveniente.