Está ubicado en segunda línea y perpendicular a la playa, por lo que no se ve el mar, de hecho mi habitación daba a un callejón bastante desagradable. El hotel es sencillo y más bien pequeño, aunque lo están renovando y es bastante correcto. El desayuno muy bien como es habitual en Israel, con un buffet muy completo. Personalmente me asignaron una habitación con dos camas individuales en vez de una de matrimonio, a pesar de que sabían que venía solo. La cama era pequeña para mi talla pero no me pudieron cambiar a otra por estar lleno. Total, que no dormí particularmente bien. Lo positivo de su ubicación son las playas, un lugar muy agradable. Al final el resultado es un hotel que en España sería de 3 estrellas que aquí pasa por 4 y te lo cobran como tal.