Un alojamiento agradable por el entorno y limpio.
Nos pareció un poco reducido el tamaño de la cafetería y demasiada gente hablando en un tono elevado para lo que debería ser.
La puerta de la habitación se abría sola si no la cerrabas del todo y hacía ruido el picaporte, lo cual resultaba molesto si la otra persona está durmiendo.
El desayuno no está mal, pero debería tener más opciones; si deseas sólo un tipo de fruta, no es posible porque vienen trozos variados cortados en un vasito. Es decir, si quieres sólo melón, sólo piña, sólo naranja o repetir de un tipo concreto, no es posible. Aparte, no había demasiada variedad de bollería, sólo dos tipos de cereales… Cuando nos sentamos en la mesa, no estuvieron pendientes para servirnos el café o algún plato caliente, nadie vino a preguntarnos y tuvimos que estar pendientes nosotros de que alguna camarera pudiera servirnos lo que necesitábamos.