Responde a lo que se espera de un Novotel pequeño.
El personal es muy amable, el desayuno muy bueno y variado.
El entorno es lo peor, porque es un polígono industrial sin aceras, asi que para ir a la parada de autobús tienes que jugarte el tipo. La parada no está lejos, pero el barrio sí. Se te van 45 minutos en llegar hasta el final del trayecto, donde luego has de tomar otro tranvía para llegar lo más cerca al centro. El problema no es la distancia real sino el itinerario, que es muy zigzageante. Al final tomamos taxis, que no son caros :15 euros.