El hotel está muy bien comunicado, tanto con el centro de Santiago como con la zona de Costanera Norte. De hecho, a sólo una cuadra pasan numerosas líneas de colectivos que llevan al centro y a la estación de bus y a sólo dos se encuentra la estación de metro de la L1. Además, hay dos cosas importantes que lo diferencian respecto de un hotel tradicional.
En primer lugar que la habitación tiene cocina propia, con todas sus características básicas (cocina, horno microondas, pava eléctrica, tostadora eléctrica, vajillas, cubiertos y refrigerador). Esto quiere decir que, si uno lo desea, puede ir al supermercado y cocinarse algo básico en su misma habitación (o comprar algo hecho para luego calentarlo).
En segundo lugar, que en mi caso resultó una ventaja, es el manejo del tema del desayuno, ya que lo dejan en la heladera de la habitación la noche anterior, con lo cual se puede desayunar a cualquier hora que uno desee sin tener que restringirse a un horario en particular. Fundamental si uno tiene programadas actividades que requieran salir del hotel muy temprano en la mañana.
Con respecto a la habitación en general me resultó muy cómoda. Además de TV tienen también equipo de música propio en la habitación. En mi caso también, un sillón de dos plazas.