Mi señora y yo tuvimos un aniversario perfecto en este hotel. Además de tener una ubicación insuperable (a no más de 300 metros se puede acceder a una infinidad de restoranes, cines, parques y museos), el hotel tiene una atención sin igual. Todo el personal con el que nos topamos se notaba contento y motivado por satisfacer nuestros requerimientos. Además, nos vimos contantemente sorprendidos por detalles como una botella de champaña en nuestra pieza, chocolates en el velador, o que nos llevaran té a la pieza en la tarde. Al desayuno tomamos distintos tipos de cafés hechos por un verdadero barista y disfrutamos con fruta y un strudel de primera. Las instalaciones son impecables con espacios amplios que entremezclan estilos clásicos con ciertos toques modernos. En resumen, imposible haber elegido un mejor hotel para pasar nuestro aniversario. Felicitaciones!