Salta es una ciudad en las faldas de los Andes conocida por su arquitectura colonial y su hermoso paisaje. Sus museos están llenos de objetos milenarios y los lugareños tocan la guitarra en los bares hasta el amanecer. Su sobrenombre, Salta la linda, lo dice todo.
La ciudad está a 1,152 metros (3,780 pies) por encima del nivel del mar y es conocida por su buen clima, cálido y razonablemente seco durante todo el año. Recorre sus calles a pie para apreciar la arquitectura y saludar a los amistosos lugareños. Los taxis también son una forma de transporte cómoda y económica.
Sube al cerro San Bernardo, al este del centro de la ciudad, para tener una buena vista de la ciudad y de las montañas que la rodean. Hay que subir 1,000 escalones para llegar a la cima, o también puedes subir en el teleférico desde el Parque San Martín.
El corazón de la ciudad es la Plaza 9 de Julio. Por la noche, esta plaza rodeada de árboles se llena de lugareños que salen para dirigirse a los bares y restaurantes. Prueba platillos locales, como las empanadas (rellenas de carne o vegetales) o carne asada, y acompáñalos con vinos producidos en los viñedos cercanos.
En las iglesias podrás admirar algunos de los mejores ejemplos del estilo colonial que da su fama a la ciudad. Visita la iglesia de San Francisco, con su campanario de 52 metros (170 pies) y su fachada de color rojo.
Los museos de la ciudad custodian muchos ejemplos de la cultura Inca. Uno de ellos es el renombrado Museo de Arqueología de Alta Montaña. Este recinto resguarda los cuerpos de tres niños incas, quienes fueron muertos como parte de un sacrificio ritual hace 500 años. Sus cuerpos se congelaron y fueron hallados a finales de la década de 1990, enterrados con piezas de oro y textiles.
Otra opción es tomar una excursión en el Tren a las Nubes, que te lleva por las montañas. El recorrido se lleva a cabo dos veces a la semana y, aunque no es barato, la belleza del paisaje bien vale el boleto.
Al anochecer, visita una de las peñas, lugares tradicionales donde se interpreta música folclórica. Desde la media noche hasta el amanecer, los artistas del lugar entretienen a los animados visitantes con música y canciones.