Magnifica situacion a 10 minutos del Vaticano o del centro de Roma.
No es un Hotel al uso, se ha convertido toda una planta de un edificio convencional y se ha transformado en Hotel.
Todo esta nuevo y limpio. El personales muy amable y servicial.
El desayuno no es muy exagerado, pero para mi fue suficiente y de muy buena calidad, encontrando de todo lo necesario.
La habitacion es totalmente nueva, con aire acondicionado, mini bar, servicio de café o té, con hervidor y una pequeña mesa.
Este seria el unico pero, la habitación es algo pequeña, no sabes donde dejar la o las maletas (las hay mas grandes, nuestros amigos recibieron una mas grande).
El baño es justo de tamaño y la ducha es perfecta, con mucha presion de agua y con dos cabezales.
Los precios del minibar son muy ajustados, yo diria que economicos.
Tienes la posibilidad de dejar las maletas hasta que se haga hora de marchar.
Realmente fantástico.