Casas de vacaciones privadas en Riviera albanesa

"No reservar! La atención en recepción sobre todo por parte de Diana y su jefa (que no quiso decirme su nombre) nefasta, jamás me habían tratado así, haciendo como si no me escucharan y hablando entre ellas en alabanés y riéndose, les preguntaba y solo contestaban “have a good day, bye” eso cuando contestaban… Más de 20 minutos esperando a que nos bajaran las maletas a la habitación, porque el hotel está lleno de escaleras, el ascensor está de adorno… El desayuno mediocre y poca variedad (ni pan, ni bacon, ni variedad de frutas, no hay leche, zumo de naranja de brik…) encima tienes que coger el desayuno y volver a subir escaleras con el plato, el vaso de agua, el café, los cubiertos… y si se te olvida algo o quieres más … de nuevo baja y sube escaleras… Sábanas sucias, arrugadas, baño con pelos… Las buenas vistas al mar serán desde las plantas altas, porque en la primera, básicamente ves el techo del restaurante y a lo lejos ves un poco el mar… Todos los trabajadores con el móvil en la mano (si queríamos algo teníamos que ir a buscarlo nosotras, porque ellos no se enteraban de que los llamábamos) Y además no hay playa… si quieres estar ahí, mínimo tienes que pagar 25€ al día para estar en una hamaca y con el agua sucia, llena de botellas flotando, tiritas, alguna compresa… en fin, la malvarrosa no tiene nada que envidiarle a esta playa… JAMÁS VOLVEMOS!!!!"

"Lo hemos usado de parada de descanso, desayuno, piscina comer piscina, paseo de la playa cenar, piscina y dormir. La playa no es la que más te atrapa para bañarte. Por lo que le piscina la hemos utilizado mucho. Entra mucha luz en la habitación desde las 5 de la mañana a pesar de que en sus ventanas había persiana y en otras estores de noche y día, sobre la puerta también hay una entrada de luz. El desayuno muy bueno, también utilizamos el bar para comer, la parrillada de cerdo muy buena cantidad, calidad, precio, el café espreso muy bueno, lo malo del local son las escaleras pero tiene su encanto por ello"

"La atención y la elegancia unidas. En todo momento estuvieron al pendiente de mí. La vista es hermosa. Todo impecable . El desayuno es buffet y me encantó . El personal sonriente , mientras esperaba que me dieran el equipaje que me hicieron favor de guardar , escuché como apoyaban a conseguir a un médico para alguien que necesitaba un antibiótico . En la noche trabajé en el área de la piscina y la señora Kalcubi en persona llegó a preguntarme si todo está. Bien para que yo trabajara satisfactoriamente en línea . Me sentí en casa . Sin duda el mejor lugar en Sarandë para hospedarse "