El Paseo de los Próceres se extiende a lo largo de una avenida arbolada repleta de jardines, paseos, fuentes y monumentos, que como el nombre del paseo indica, están dedicados a algunos de los héroes nacionales. El presidente Marcos Pérez Jiménez inauguró este gran espacio público en 1956, para conmemorar las batallas por la independencia que protagonizaron algunos países de América del Sur, entre los que se incluyen Venezuela, Bolivia y Colombia.
Recorre el paseo y observa detenidamente cada uno de los monumentos. Contempla las estatuas que honran a algunos de los revolucionarios más importantes, como Francisco de Miranda, Simón Bolívar y Manuel Piar. Acércate hasta el Monumento a los Próceres, dos enormes bloques de mármol con relieves tallados que hacen referencia a las cuatro batallas más significativas. Otro punto de interés es el Monumento a los Precursores. Aquí, un gran obelisco se alza detrás de la escultura ecuestre de un indígena hecha con bronce, que descansa sobre un pedestal de mármol custodiado por leones.
No te pierdas el espejo de agua y las fuentes que encontrarás a lo largo del paseo. Desde la avenida que conduce hacia El Ávila, un cerro que separa Caracas del litoral, podrás disfrutar de una bonita vista.
Si quieres hacer deporte, únete a los lugareños en la zona reservada para correr y pasear en bicicleta. Aquí también suelen darse clases de aeróbics y baile en las que puedes participar. Si prefieres, haz un poco de ejercicio en las máquinas que encontrarás en una pequeña zona reservada en la sombra. Los niños también pueden quemar algo de energía en el parque infantil.
Cuando hayas terminado, relájate en un banco y deléitate contemplando las hileras de árboles delicadamente podados junto al césped cuidadosamente cortado.
El Paseo de los Próceres está situado a unos seis kilómetros (4 mi) al sur del centro de la ciudad. Toma el metro hasta la estación de Los Símbolos o El Valle, ambas a diez minutos a pie del paseo. Después de la visita, puedes ir al lago Círculo Militar, que se encuentra justo al lado. Al atardecer, regresa al paseo para admirar los reflejos de las últimas luces del día en el espejo de agua.