Nos fuimos decepcionados con el establecimiento.
1- La ubicación no es la mejor; para llegar a Alona Beach ( la zona de restaurantes y bares) hay que pasar por un calle sin asfaltar, ir por el arcén de una carretera con motos, taxis, coches... en definitiva algo peligroso. Sabíamos que no estábamos en la misma playa por comentarios leídos pero no nos imaginábamos estar tan lejos.
2- El entorno del hotel ( y aunque esto no sea su culpa) está repleto de obras, con los ruidos y molestias que eso implica.
3- Si nos vamos decepcionados por algo es por el servicio. Llegamos horas antes del check in y nos hicieron dejar las maletas en mitad del comedor ( permanecieron ahí durante horas), sin invitarnos a pasar al bar del hotel. Simplemente nos dijo que nos fuéramos.
4- Cada vez que pedíamos algo, todo eran pegas: toallas secas, pedir la cena a las 20:25 cuando la cocina se cerraba a las 20:30 ( nos dijeron que no nos servían nada), pedir una tortilla para comer ( porque estábamos indispuestos del estómago) y respondernos que la tortilla solo se servía en el desayuno, cuando había platos en el menú de comida y cena que incluida tortilla, huevos fritos...
5- No nos cambiaron las sábanas ningún día (4 noches)
6- Aire acondicionado roto y con fugas de agua
7- Cucaracha el primer día nada más entrar al cuarto.
8- Lo único bueno del hotel es que la habitación, a pesar de todo, estaba muy bien
9- Jane y su compañera de polo blanco, son las más agradables de todo el servicio
