Lo único bueno de este hotel es su ubicación, que es inmejorable.
El chico de recepción que nos hizo el check in no abrió la boca más que para decir el número de la habitación mientras nos daba la llave. No explicó nada de lo que suelen explicar cuando llegas a un hotel: wifi, desayuno, documentación etc. Más antipático imposible. La habitación apestaba literalmente a tabaco, pero como pedir una habitación de no fumadores es solo una opción que tienen en cuenta pero que no te aseguran, no dijimos nada. Las camas normales de comodidad, las almohadas eran tan finas que era como no tener nada. El agua caliente no funcionaba ( hubo una avería larga) así que no hubo posibilidad de ducha calentita. La habitación era muy triste, la verdad. Después de 10 días en Sicilia pasando de un hotel a otro ( todos fenomenales, de 10) fue una pena despedirnos con este sitio.