El Hotel es un espléndido palacio, muy bien conservado. Las habitaciones son muy cómodas ( estuvimos en el primer piso) , con muy buen mobiliario, baños impecables, variedad de elementos de tocador, seca toallas.
El desayuno es magnífico. Muy buena variedad : salmón ahumado, cannolis , panes, quesos, fiambres, yogures, tortas, cereales, platos calientes , y si quieres te hacen los hurevos fritos u omelletes en el momento.
Wi fi en la habitación.!
El restaurant de la terraza es lindísimo, aunque un poco caro.
El edificio en general hace que uno se sienta en un lugar de gran nivel.
Está en pleno centro, a pasos de Quattro Canti, así que es muy cómodo para recorrer Palermo.
Lo recomiendo ampliamente