Hotel pequeño pero agradable. Las instalaciones no son muy modernas, pero son funcionales y limpias, tomando en cuenta que es un hotel de 50 años. El servicio del personal es muy amable y servicial. El único problema es que al parecer no tienen bastantes toallas en una habitación para 4 personas solo dejaban 2 y no permitían pedir más porque ya no había. Las habitaciones no tienen cafetera pero todas las mañanas en lobby había café de la olla y chocolate caliente sin costo. Excelente ubicación para salir caminando por todo el centro, al zócalo, a santo domingo, restaurantes, museos, etc.