10/10
Quedamos encantados con este hotel nada más entrar a la habitación. Luminosa, espaciosa, funcional, silenciosa, cómoda, decorada al estilo de las islas, con una terracita con mobiliario para poder cenar o leer, ... incluso en el exterior hay un tendedero para dejar secar la ropa, muy útil para tratarse de un destino de playa. Quizás el único "pero" es que la ducha tiene cortina en vez de mámpara y constantemente se te pega a la piel, con lo que acabas duchándote sin cortina con tal de evitar dicho contacto.
El desayuno es excelente. Muy variado y de muy buena calidad. Fue allí donde descubrimos un dulce típico que es como una coca hojaldrada, rellena de crema y espolvoreada con canela, exquisito! Además, se desayuna en una preciosa terracita con vistas al mar y a la piscina, la cual tiene una decoración muy moderna. Y lo mejor de todo, el trato del personal. Te asesoran sobre qué visitar y dónde puedes ir a informarte, son muy amables y atentos, ... Se nos rompió la maleta e incluso nos la arreglaron. Todo un encanto.
La localización es también excelente ya que Pollonia se caracteriza por ser el mejor sitio de la isla donde comer, pero se necesita tener coche, y esto tampoco es un problema porque el hotel también tiene parquing y gratuito. Volveríamos a este hotel con los ojos cerrados!
