Hotel a apenas 20 metros de la Plaza del Duomo (metro, tranvía, tiendas, museos, monumentos....). Todo está cerca, ideal para recorrer la ciudad, y a pesar de esto no está a un precio prohibitivo. El personal muy amable y servicial, dispuesto a ayudar con cualquier información o incidencia.
El desayuno bastante bueno aunque el comedor sea un poco pequeño. El horario del desayuno empieza a las 7.30 pero, por tener que coger un tren, pedí si podía ser antes y no hubo problemas.
Son varios pisos pero hay ascensor. La habitación y el hotel muy tranquilos, sin ruidos. La parte negativa podría ser el baño que le faltaba un poco más de limpieza del suelo y mantenimiento de accesorios (mampara suelta, balda encima del lavabo le faltaba un tornillo-tope). Por todo lo demás muy bien, la cama bastante cómoda, mesa cómoda para trabajar con ordenador, etc.... La wifi llegaba bastante bien. Si volviese a Milán intentaría repetir con este hotel.