Ubicado frente a la Estación Central de Marsella, en una zona deprimida y sucia, este establecimiento ofrece habitaciones correctas y tranquilas junto con un personal muy atento y amable.
El complejo sistema de acceso al ascensor y a las plantas mediante tarjetas electrónicas dificulta enormemente la movilidad en el edificio y en los casos en que los miembros de un mismo grupo ocupan plantas diferentes puede llegar a ser desesperante.