experiencia muy buena, pero algunos detalles la alejaron de excelente. El lugar es hermoso, y el personal es sumamente atento. La limpieza muy buena, pero tenía detalles, tales como telas de araña colgando del cielo raso. La comodidad, también muy buena, pero hay pocos lugares faltan dónde sentarse cómodamente a leer un libro o tomar algo en los jardines, contemplando el paisaje. Lo más flojo fue el mantenimiento: el bidet perdía agua (¡y fue arreglado de inmediato!), el secador de pelo no funcionaba correctamente, algunas paredes tenían rastros de humedad y necesitaban pintura. ¡Me gustaría volver y ver que estas cosas han mejorado! Una mención aparte la merece el restaurante , muy recomendable!