La estancia fue agradable. No hay ascensores, así que subir con una maleta pesada es todo un reto. La habitación tenía dos camas y un baño privado.
El mando de la tele no tenía pilas, faltaba jabón en el dispensador y el agua que sale de la ducha a veces falla, dejándote sin agua por algunos segundos.
Esta bastante bien ubicado y la atención dada por los empleados en el comedor durante los desayunos y la atención blindada por Luisa en la recepción fueron excelentes.