El hotel está escondido detrás del paseo marítimo, muy cerca del puerto y rodeado por un magnífico jardín. Es un lugar muy tranquilo. La habitación enorme, así como el baño, con una grande cocina americana totalmente equipada. El desayuno muy bueno, más variado de lo que suele ser normal en Italia. El personal muy agradable y disponible, un día incluso se ofrecieron a prepararnos el desayuno media hora antes del horario de apertura del restaurante porque debíamos coger un barco a primera hora. Muy recomendable