La llegada al hotel fue buena. En cuanto a las habitaciones comentar que el suelo tiene moqueta, aspecto que hace que tengan un olor a rancio considerable. Nos toco una habitación en la ‘buhardilla’ a la que se accedía desde la segunda planta y nos costó encontrarla.
El colchón y la almohada son muy incómodos, así como los plegatines que nos pusieron para las niñas.
El baño también era antiguo pero decente.
La piscina está bien y el spa es correcto. Para entrar en la sauna, hay que hacerlo completamente desnudo, aspecto que nos pareció bastante antihigiénico. No hay nadie repasando los suelos que son un va y ven de niños corriendo saliendo de la piscina y el jacuzzi que por cierto, no funciona.
La mesa del desayuno te la asignan ell@s. Nos dieron una mesa muy justa para 4 personas habiendo mesas más amplias, vacías, en las que las similares sentaban a 3 personas. El comedor en el que desayunábamos era muy oscuro y triste.
Bajo nuestro punto de vista el precio no se corresponde con la calidad e instalaciones del hotel.
El entorno al hotel, es precioso, está lleno lugares para niñ@s, para hacer senderismo, ir en bicicleta...