En general, por el precio que pagamos, creo que la experiencia dejó mucho que desear. Si bien, sabíamos que se trataba de un "camping" y que no se podía esperar mucha comodidad, nunca pensamos que no se asearan las habitaciones, no se cambiaran los blancos y que no hubiese suficiente papel sanitario.
Otra cosa algo desagradable para mí, que soy alérgica al pelo de animales, fue que noté que la manta extra que dejan en la habitación para cubrirse que -definitivamente- se debe usar porque hace mucho frío en la noche, estaba cubierta con pelo de animal, supongo que de perro, y eso nos hizo pensar que, o no las lavan adecuadamente después de su uso, o no las lavan en absoluto. Sabemos que es hospedaje pet friendly, pero sí deberían tener más cuidado con la higiene de sus cobertores.
El boleto para usar el transporte del camping al centro de Florencia (que sí esta un poco lejos) es algo caro, lo cual debería ser considerado, sobre todo porque los horarios son limitados y, porque ya en el precio en general se paga bastante como para que sus precios aún sean tan elevados.
La conexión Wifi es bastante mala.
El desayuno es algo limitado y cada mañana, en ciertos horarios, se hace un caos la línea y te puedes tardar hasta media hora en empezar a desayunar, ya que algunas personas se meten en la línea y la retrasan, o se quedan estacionadas tostando su pan...
En suma, no me volvería a hospedar ahí.