Es un hotel muy céntrico, entre la plaza las tendillas y la plaza corredera, a pie se puede llegar fácilmente a la catedral, y el Alcázar. nuestra habitación era amplia, buen colchón y limpia, encuentras un pequeño detalle para que puedas servirte tu mismo de infusión, té o zumos. Recepción fue muy amable al guardarnos las maletas dentro de la habitación cuando se quedó disponible, pudimos aprovechar esa circunstancia para despreocuparnos de tener que volver al hotel y poder aprovechar el día para visitar la ciudad, sin duda si volvemos a Córdoba volvería a reservar ahí.