Al ser una de las ciudades de Alemania geográficamente más cercana a la República Checa, Chemnitz tiene una tradición vinculada a sus raíces eslavas. En la época medieval surgió como un centro de comercio y producción textil. Por ello, hacia el siglo XIX, la ciudad se conocía como la “Manchester sajona”.
Gran parte de esta tradición se encuentra en las calles de los siglos XVIII y XIX, en la zona de Kassberg. Descubre el antiguo ayuntamiento, que data del siglo XV. O bien, da un paseo por la conspicua Torre Roja en la muralla de la ciudad, que se remonta a finales del siglo XII. Además, puedes disfrutar del Museo Industrial Chemnitz, parte de la Ruta europea del patrimonio industrial.
Sin embargo, la ciudad atravesó la mayor transformación en el siglo XX. Al ser un centro industrial, Chemnitz fue el blanco de bombardeos por parte de Los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia, la mayor parte de la ciudad quedó en ruinas. Posteriormente, como parte de Alemania Oriental, Chemnitz fue rebautizada como la ciudad de Karl Marx y se reconstruyó en gran medida. Lev Kerbel esculpió un busto de la cabeza de Marx que los locales lo nombran "Nischel", que significa cabeza en el dialecto sajón.
Hoy en día, el papel de la ciudad ha cambiado en forma considerable, ya que tiene grandes centros comerciales en lugar de la vieja industria. Haz un viaje de compras a Galerie Roter Turm, o Torre Roja, que es un sitio popular entre los compradores más jóvenes. Más lejos del centro de la ciudad se encuentra el pequeño y bello castillo Burg Rabenstein.
Los amantes del arte podrán disfrutar del Museo Gunzenhauser, que está abierto desde 2007. En su interior encontrarás alrededor de 2,500 obras de arte moderno, entre las que se incluyen obras de Otto Dix y Karl Schmidt-Rottluff. Los ejemplares de un “bosque petrificado” en el patio de Kulturkaufhaus Tietz ofrecen otra atracción popular que se remonta a millones de años. En efecto, es una atracción poco común. El Jardín Botánico de Chemnitz y el Jardín Arktisch-Alpiner Garten der Walter-Meusel-Stiftung, que se especializa en plantas árticas y alpinas, son agradables lugares para relajarse.
Chemnitz cuenta con muchas atracciones modernas, aunque sin dudas su verdadera esencia se encuentra en su larga tradición.