en general la infraestructura está en muy mal estado, paredes agrietadas, hongos, pocas cosas funcionan como deberían. En nuestro caso nos quedamos en una habitación de 3 dormitorios. La TV sin control remoto, el baño de terror, pieza mal pintada, aire acondicionado viejo y goteando y lo peor algunas noches se percibía un olor a agua estancada. La comida mala, se entiende que por las restricciones del país no haya mucha variedad, pero va más allá de eso, no se esfuerzan en nada ni en la preparación ni presentación de los alimentos. Además se agotaba todo rápido, incluso el café! o el pollo, Las bebidas sin gas, los postres siempre el mismo, no había suficientes vasos, para el helado sacabas con una tasa de café ya que no había otra opción. Con respecto al bar poco surtido, básicamente ron, las otras bebidas de marcas desconocidas internacionalmente. El personal que atiende salvo contadas excepciones, desganado, lento y muy pocos. Para conectarte a Internet hay que comprar tarjetas de prepago que duran 1 hora y hay señal en algunas áreas comunes del hotel. Obviamente no en las piezas. Increíble, pero las toallas de baño también se agotaban y terminamos usando las mismas varios días. El show diario muy básico y mal preparado, no vale la pena verlo. Las actividades en la playa siempre las mismas, todos los días. La playa está lejos de las habitaciones, pero es lejos lo mejor del lugar, un mar maravilloso de aguas transparentes. En fin, una lástima, pero evite este lugar