Buscábamos un sitio equidistante a los que íbamos a disfrutar de el fin de semana, y lo encontramos en Camuñas.
Así mismo buscábamos un sitio amplio y tranquilo donde poder juntarnos para hacer una celebración familiar. Lo encontramos en esta casa. La amplitud de la casa se aprecia nada más entrar en ella, viendo la sala de recepción.
La reforma es de muy buen gusto con habitaciones amplias y zonas comunes para realizar reuniones como son la cocina y el salón de la planta primera, que es muy acogedor.
Mención especial para el ático con zona chillout y ducha, así como el dormitorio de abajo que en la reconstrucción ha conservado la antigua puerta de entrada a la casa para aprovecharla en un gran vestidor, sencillamente espectacular.
El contacto con el dueño (Leo) es muy sencillo y ha estado muy pendiente de nosotros incluso semanas antes de nuestra llegada a la casa. Es de agradecer el detalle que tuvo con nosotros obsequiándonos con una cuña de queso manchego.
Es una casa para repetir.