Fue una estancia de unas horas, pues teníamos que estar en el aeropuerto antes de las cinco de la mañana. Este hotel tiene la ventaja de estar al lado del aeropuerto. De hecho, se va andando. Tiene la desventaja, sin embargo, al menos cuando nosotros llegamos, que nadie hablaba en español, cosa extraña dada la cantidad de españoles que va a Budapest. Muy bien la cafetería y muy amable la persona encargada.