Es un hotel especial y diferente, muy atractivo para jóvenes. En el lobby y comedor hay música todo el día, mucho tiempo es "lounge" asì que para quienes gustan de esa música lo van a disfrutar, pero a mí me gusta más el silencio si no es la música que a mí me gusta.
Nuestra habitación es muy grande, limpia y bonita, pero tiene una mesa que no se puede usar como escritorio pues es un cubo que no permite meter las piernas. Tampoco hay un closet sino una especie de baúl que es pesado de abrir, allí se guarda la ropa y se cuelga en unos cuantos ganchos que hay pero acabamos poniendo la ropa sobre la mesa pues faltaba espacio.
Por lo demás estuve muy a gusto y el personal es joven, muy dispuestos, amables y nos dieron excelente información.
Está en frente de una estación de metro, eso es perfecto, y tiene wifi incluido en el precio, lo cual es muy bueno pues pocos hoteles de Berlín lo incluyen.