Las habitaciones muy bonitas ,comodas y modernas, muy practico lo de la cocina, muy equipado en general(plancha, secador de pelo, lavavajillas..)
muy bien situado, a pocos metros hay una calle toda llena de tiendas , con supermercado, metro, tren.
El personal muy agradable y chapurrean algo en español.
El colchon es comodo, las almohadas no tanto.
Solo negativo que el desayuno en el hotel nos parece un poco caro 12 e,por eso es una suerte poder disponer de la pequeña cocina de la habitacion
No dudaremos volver a elegir este hotel otra vez si volvemos a berlín.