El hotel tiene una localización inmejorable, al lado a pie de dos playas muy bonitas (D. Ana y D. Camilo) y a diez minutos de Ponta da Piedade. Además tiene muy cerca el pueblo de Lagos.
La habitación doble es muy espaciosa y comodísima. Las instalaciones del hotel también lo son, además de silenciosas y muy agradables.
El buffet de desayuno es bastante completo y guarda las medidas COVID pertinentes.
El personal inmejorable.
Por poner una pega, el baño se hacía algo pequeño y la limpieza de la habitación, aunque no estaba mal, era bastante superficial (en muchas ocasiones no reponen los utensilios de baño) y había algo de olor a tuberías.