Comience el día explorando Nabeul, donde los azulejos de barro adornan las fachadas de casas, tiendas y edificios públicos. La ciudad es famosa por su cerámica y los visitantes no pueden perderse la gigantesca jarra decorada con diseños tradicionales que rodea un árbol en el centro de la ciudad.
Continúe hasta Hammamet, un tranquilo pueblo de pescadores que alguna vez fue un pueblo fortificado habitado por una comunidad de ascetas en la Edad Media. Pasee por la antigua Medina y suba a su Ribat para disfrutar de la impresionante vista del mar Mediterráneo. No olvides visitar Yasmine Hammamet y su Marina.
Termina tu día en Susa, una ciudad que combina a la perfección entretenimiento y exotismo. Como gran ciudad moderna, es uno de los centros turísticos más animados de Túnez.