Tome un paseo en tuk-tuk hacia el oeste, justo a las afueras del centro de la ciudad. Aquí todo es histórico y sagrado, con monumentos emblemáticos que han resistido el paso del tiempo. Fue desde esta parte de la ciudad donde los grandes exploradores portugueses emprendieron sus viajes alrededor del planeta.

Aquí puede bajarse del tuk-tuk y visitar algunos monumentos realmente increíbles. Vea el Monasterio de los Jerónimos, que es un sitio del patrimonio mundial de arquitectura gótica de estilo manuelino. Conozca la Torre de Belém, justo al otro lado de la calle, que se construyó entre 1514 y 1520. Luego diríjase un poco río abajo hasta el Monumento a los Descubrimientos, que estaba dedicado a los descubridores portugueses. Estos tres monumentos son algunos de los más visitados de la ciudad. No olvides probar los famosos Pastéis de Nata mientras estéis en Belem.