Empezamos con una vista impresionante de Jerusalén. Como en la palma de nuestra mano, vemos la Ciudad Vieja y el área del Monte del Templo extendiéndose ante nosotros e imaginamos el Templo destruido en el 70 d.C.

Mientras conducimos por el valle de Cedrón, tenemos una vista excelente del Monte de los Olivos, el Jardín de Getsemaní y la Iglesia de Todas las Naciones, así como de las monumentales tumbas funerarias judías antiguas. Entramos en la Ciudad Vieja desde el monte Sión, pasando por el Barrio Armenio hasta el Cardo bizantino excavado.

Continuando por el barrio judío, nos dirigimos al Muro Occidental (Kotel). Este muro de dos mil años de antigüedad es parte del muro circundante y de apoyo construido por el rey Herodes cuando se amplió el área del Monte del Templo.

Mientras caminamos por la Vía Dolorosa, nos unimos a los muchos peregrinos que siguen las Estaciones de la Cruz que terminan en la Iglesia del Santo Sepulcro, la iglesia construida sobre el lugar de la crucifixión de Jesús y la tumba funeraria. Construido originalmente en el período bizantino, fue parcialmente destruido durante las conquistas persas y musulmanas y luego reconstruido y ligeramente modificado por los cruzados.

Tras un breve paseo por el mercado, salimos de la Ciudad Vieja y continuamos hasta el Museo del Holocausto Yad VaShem, que conmemora la aniquilación de seis millones de judíos y de aquellos justos de las naciones que pusieron en peligro sus vidas al tratar de salvar a los judíos.