La austera y hermosa ciudad de Gjirokastra comenzó a extenderse colina abajo desde su castillo en el siglo XIII. El castillo aún se encuentra en su colina, con vistas a toda la ciudad y al valle del río. Desde ese alto punto, la piedra gris de las casas de abajo y las pizarras grises de sus techos se confunden con la ladera, distinguiéndose de ella sólo por sus paredes encaladas. Como escribió uno de los hijos más famosos de la ciudad, Ismail Kadare, en Chronicle in Stone, Gjirokastra es “una ciudad sorprendente, que parecía haber salido del valle inesperadamente, como un ser prehistórico, y trepó con dificultad, cosiéndose en la ladera de la montaña”. Gjirokastra se convirtió en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en julio de 2005. El gobierno albanés le había otorgado el estatus de “ciudad-museo”, que otorgó protección legal a su patrimonio arquitectónico y mantuvo los nuevos edificios fuera del centro histórico.
*El número mínimo de viajeros por reserva es de 2. Para viajeros individuales hay un cargo extra.