Deje atrás el ajetreo y el bullicio de la jungla de cemento y pase un día en uno de los parques nacionales más bellos del mundo. De camino a los lagos de Plitvice, descubra su versión más pequeña, Rastoke, un pueblo famoso por sus molinos de agua y aprenda sobre su importancia histórica. Elija su propio nivel de actividad antes de ingresar al parque y tenga la seguridad de que su guía experto le brindará toda su atención y hará que su experiencia sea inolvidable. Lo único de lo que deberá preocuparse es de tener suficiente memoria en su cámara para capturar la belleza de las fascinantes cascadas y los 16 lagos esmeralda interconectados y la flora y fauna que los rodea. Deléitese con la cocina local probando queso local galardonado en una granja familiar y tal vez disfrute de peka, un plato preparado bajo una campana de hierro fundido. A medida que se pone el sol, termine su día con un viaje relajante, un ambiente informal, una charla amistosa y con recuerdos para toda la vida.