Si hay un lugar llamado cielo en la tierra, Sirince debe ser parte del paraíso. Dido Sotiroyo, uno de los famosos escritores griegos que nació en este pueblo pero que tuvo que irse a la edad de siete años después del acuerdo de intercambio en 1925, dice estas palabras sobre Sirince. Camino al pueblo a través de olivos y mandarinas decorados con antiguas casas griegas al final de un camino sinuoso y un delicioso aroma a vino de uva casero le da la bienvenida al comienzo de su viaje. El pueblo de Sirince es un buen ejemplo de la tolerancia y el patrimonio cultural en el oeste de Turquía, que refleja las formas de vida turcas y griegas juntas. Cuando visita el pueblo, no puede dejar de admirar la armonía de dos culturas, las casas de estilo griego y el tipo de vida turco. También se sentirá como si estuviera caminando en un estudio de cine. Este es el único pueblo en la región del Egeo que tiene una iglesia ortodoxa griega y una mezquita musulmana una al lado de la otra. Está en la lista de sitios del Patrimonio Mundial de las Naciones Unidas y tiene solo 700 habitantes.

Al final del recorrido, lo dejarán en el puerto nuevamente.