Día uno: Después de revisar todo el equipo, los mapas y las técnicas, emprendimos nuestro recorrido en kayak de varios días. Comenzamos en una bahía protegida, remando entre dos acantilados para evitar el viento en contra y las olas para acostumbrarnos. Nos quedamos cerca de la costa y, después de algunas horas, es hora de almorzar. Después de una breve caminata hasta un mirador, podemos ver muchas de las islas que visitaremos durante los días siguientes. Continuamos remando y avanzamos hacia los grupos de islas. ¡Quizás incluso veamos algún ciervo nadando! Al final de la tarde o temprano por la noche acampamos y disfrutamos del sonido rítmico del mar, los pájaros y la ausencia de todo lo demás. Disfrutamos de una comida en una fogata que preparamos juntos. Más tarde compartimos historias, ¡pero no sin antes sacar los kayaks una vez más para disfrutar de la puesta de sol desde el agua!
Día dos: ¡Levántate y brilla para otro día de aventuras! Después de un desayuno saludable, salimos con impaciencia una vez más. Cruzamos un corto tramo de mar abierto y llegamos a otro grupo de islas. El entorno en constante cambio nunca parece aburrir. En el camino nos encontramos con cisnes, águilas de cola blanca y aves más curiosas. ¡Escogemos cualquier isla para almorzar antes de empezar a remar!