El catamarán echa el ancla en un entorno de naturaleza virgen, donde reinan la calma y la serenidad. Disfrute de un fondeadero privilegiado, rodeado de paisajes esculpidos por el tiempo. A bordo se sirve un brunch bufé, en un ambiente cálido y relajado, mientras que los que deseen navegar por el agua tienen a su disposición remos.

Tras esta relajante pausa gastronómica, el crucero continúa a un ritmo pausado, ofreciendo impresionantes vistas de los tesoros de las Calanques. Calanque de Sugiton: enclavado al pie de los acantilados de Luminy, este islote rocoso está bañado por aguas excepcionalmente transparentes. Calanque de Morgiou: Una auténtica joya natural, famosa por su cueva de Cosquer, testigo de la prehistoria marítima, y por su pintoresco puertecito escondido entre los acantilados. Calanque de Sormiou: La mayor de las calanques, famosa por sus auténticas cabañas, sus rocas escarpadas y su horizonte infinito. A lo largo del viaje, la tripulación compartirá historias y anécdotas, revelando los secretos geológicos e históricos de estos lugares excepcionales.

Una última pausa en un marco espectacular en el extremo sur de Marsella. Frente a las islas Frioul y frente a la costa de la ciudad, disfrute de un momento de pura contemplación.